Hay días que te ponen a prueba. Hoy, es uno de esos.
Me despierto en el horario de siempre, miro alrededor y por alguna razón un sector de mi cerebro rápidmante sugirió que algo no andaba bien. En ese momento recordé que tengo que ordenar todo mi escritorio y aledaños componentes porque mi router murió y no sólo eso, mis parlantes 2.1 pasaron a ser chatarra también. De la adquisición de tales elementos, mejor ni empezar.
Mientras voy para el baño algo vencido, me doy cuenta que al no tener parlantes, no tenía manera de enterarme de la temperatura que hacía afuera ya que los uso para escuchar la TV vía monitor. Ya a punto de higienizarme, me entero que no hay pasta dentrífica, no obstante ello, preferí lavarme la cara antes de emprender la desesperada búsqueda ya que tener un cocodrilo muerto en mi boca durante un largo período no pasaba por mis planes.
Algo de suerte pensé que al fin llegaría al notar que había una pasta dentrífica nueva en el almacén (?) que tenemos a un costado del baño. Una vez higienizado, decidí que era momento de cambiarme sin pensar que iban a existir problemas.
Agarro una camisa de mi closet (?), elijo una corbata que "haga juego", me pongo el pantalón y me presto a cerrar el cinto. En ese momento, la hebilla del cinto explota y sale desprendida como el tapón que generó la convertibilidad en el menemismo (?). Mi cara de sorpresa y posterior suspiro esgrimiendo un "uffff" coincidieron con mi vista en otro de mis cintos que sustituyó al titular como Otamendi a Jonás Gutiérrez de cara al partido con Grecia (?). Decidí dejar la hebilla y al debilitado cinto a su suerte.
Luego, llegó el momento de llenar el tanque y el desayuno no trajo problemas excepto a que me quemé con el agua caliente al tratar de lavar con sumo entisiasmo la licuadora con la que suelo preparar mi licuado matinal.
Ya listo para salir veo que la casa esté en orden y cierro la puerta con llave. Mientras me pongo los auriculares del mp4 de mi vieja (mi mp3 murió por alguna razón, todavía no se cuál, de nuevo, de adquisiciones, ni hablemos) escucho una puerta que se abre detrás mío. "Mi puerta no es seguro" pensé. Estaba en lo correcto, era la vecina que me hizo perder el ascensor y al mismo tiempo la escucho decir:
V: Hola César, buen día, puedo pedirte algo? A la noche a qué hora estás disponible? Digo, después de trabajar...
C: (a la noche? WTF!? Mea culpa, sólo puedo pensar algo así de pervertido nomás, puede que quiera algo común y corriente, no se, como una garrafa (?)) Sí y... como a las 21:30 seguro estoy...
V: Ahh bien, es que quería preguntarte algo de impuestos, algo de Monotributo, unas cositas, viste, no entiendo los papeles de AFIP, es algo chiquito...
C: (yeah, right... algo chiquito, puedo imaginarlo ya) Ehh.... bueno, lo vemos...
V: Gracias, chau, hasta luego.
C: Chau!
En eso perdí el ascensor otra vez y cuando por fin bajo queriendo que ya nada me joda escucho que alguien viene detrás mío. Como la encargada no estaba cerca me tocó a mi abrir la puerta de la persona que venía detrás mío y decir "de nada" con la mejor cara (al menos me dijo "gracias").
El viaje a mi lugar de trabajo es caminando como ya dije alguna vez, en colectivo tardo lo mismo y en taxi tardo un poco menos pero siempre por el tráfico la terminás teniendo adentro de todas formas. El viaje fue como siempre, por suerte ya estoy acostumbrado a la jungla de cemento. Sin embargo, cuando estoy por cruzar 9 de Julio... bueno, digamos que para cruzar la avenida uno necesita de dos semáforos, pero puede lograrse pasar en uno si en la última parte no viene ningún auto o está trabada Viamonte y Pellegrini con algún bondi. Vi que el semáforo jugaba a mi favor y dije "justo, Cerrito la paso joya y llego perfecto a Pellegrini...", en el momento en el que pensé "Pellegrini..." un micro de media distancia se pone en el medio de mi camino, en la senda peatonal de Cerrito.
Abrí los brazos, no importaba si la gente me miraba y exclamé "por qué?". Como estoy acostumbrado a tener que actuar rápido (y sobretodo ahí), caminé rápidamente por detrás del micro y traté de cruzar rápido la avenida, sin embargo, sólo llegué a la mitad. Algo contrariado, afloró la templanza y con tranquilidad llegué a mi lugar de trabajo pensando "ojo que esto recién empieza".
Todo esto ocurrió entre las 7:25 y las 8:55 del día de hoy. Son las 10:00... recién.
Me despierto en el horario de siempre, miro alrededor y por alguna razón un sector de mi cerebro rápidmante sugirió que algo no andaba bien. En ese momento recordé que tengo que ordenar todo mi escritorio y aledaños componentes porque mi router murió y no sólo eso, mis parlantes 2.1 pasaron a ser chatarra también. De la adquisición de tales elementos, mejor ni empezar.
Mientras voy para el baño algo vencido, me doy cuenta que al no tener parlantes, no tenía manera de enterarme de la temperatura que hacía afuera ya que los uso para escuchar la TV vía monitor. Ya a punto de higienizarme, me entero que no hay pasta dentrífica, no obstante ello, preferí lavarme la cara antes de emprender la desesperada búsqueda ya que tener un cocodrilo muerto en mi boca durante un largo período no pasaba por mis planes.
Algo de suerte pensé que al fin llegaría al notar que había una pasta dentrífica nueva en el almacén (?) que tenemos a un costado del baño. Una vez higienizado, decidí que era momento de cambiarme sin pensar que iban a existir problemas.
Agarro una camisa de mi closet (?), elijo una corbata que "haga juego", me pongo el pantalón y me presto a cerrar el cinto. En ese momento, la hebilla del cinto explota y sale desprendida como el tapón que generó la convertibilidad en el menemismo (?). Mi cara de sorpresa y posterior suspiro esgrimiendo un "uffff" coincidieron con mi vista en otro de mis cintos que sustituyó al titular como Otamendi a Jonás Gutiérrez de cara al partido con Grecia (?). Decidí dejar la hebilla y al debilitado cinto a su suerte.
Luego, llegó el momento de llenar el tanque y el desayuno no trajo problemas excepto a que me quemé con el agua caliente al tratar de lavar con sumo entisiasmo la licuadora con la que suelo preparar mi licuado matinal.
Ya listo para salir veo que la casa esté en orden y cierro la puerta con llave. Mientras me pongo los auriculares del mp4 de mi vieja (mi mp3 murió por alguna razón, todavía no se cuál, de nuevo, de adquisiciones, ni hablemos) escucho una puerta que se abre detrás mío. "Mi puerta no es seguro" pensé. Estaba en lo correcto, era la vecina que me hizo perder el ascensor y al mismo tiempo la escucho decir:
V: Hola César, buen día, puedo pedirte algo? A la noche a qué hora estás disponible? Digo, después de trabajar...
C: (a la noche? WTF!? Mea culpa, sólo puedo pensar algo así de pervertido nomás, puede que quiera algo común y corriente, no se, como una garrafa (?)) Sí y... como a las 21:30 seguro estoy...
V: Ahh bien, es que quería preguntarte algo de impuestos, algo de Monotributo, unas cositas, viste, no entiendo los papeles de AFIP, es algo chiquito...
C: (yeah, right... algo chiquito, puedo imaginarlo ya) Ehh.... bueno, lo vemos...
V: Gracias, chau, hasta luego.
C: Chau!
En eso perdí el ascensor otra vez y cuando por fin bajo queriendo que ya nada me joda escucho que alguien viene detrás mío. Como la encargada no estaba cerca me tocó a mi abrir la puerta de la persona que venía detrás mío y decir "de nada" con la mejor cara (al menos me dijo "gracias").
El viaje a mi lugar de trabajo es caminando como ya dije alguna vez, en colectivo tardo lo mismo y en taxi tardo un poco menos pero siempre por el tráfico la terminás teniendo adentro de todas formas. El viaje fue como siempre, por suerte ya estoy acostumbrado a la jungla de cemento. Sin embargo, cuando estoy por cruzar 9 de Julio... bueno, digamos que para cruzar la avenida uno necesita de dos semáforos, pero puede lograrse pasar en uno si en la última parte no viene ningún auto o está trabada Viamonte y Pellegrini con algún bondi. Vi que el semáforo jugaba a mi favor y dije "justo, Cerrito la paso joya y llego perfecto a Pellegrini...", en el momento en el que pensé "Pellegrini..." un micro de media distancia se pone en el medio de mi camino, en la senda peatonal de Cerrito.
Abrí los brazos, no importaba si la gente me miraba y exclamé "por qué?". Como estoy acostumbrado a tener que actuar rápido (y sobretodo ahí), caminé rápidamente por detrás del micro y traté de cruzar rápido la avenida, sin embargo, sólo llegué a la mitad. Algo contrariado, afloró la templanza y con tranquilidad llegué a mi lugar de trabajo pensando "ojo que esto recién empieza".
Todo esto ocurrió entre las 7:25 y las 8:55 del día de hoy. Son las 10:00... recién.
4 comentarios:
Volvé a tu casa... sino hoy inspección de AFIP o peor, cliente con cuentas embargadas...
Besos!
Muy divertido el post, más allá de los contratiempos, geniales algunas acotaciones (del tipo, otamendi por jonás, la explosión del cinto cual menem*smo, y demás).
Bien por tener la pasta de repuesto; cuando leí almacén pense que bajarías a comprar, pero no, era el almacencito del ñoba, nomás.
Faltaron un par de datos: piso? y qué onda la vecina.
Lo de la 9 de julio, tal cual; a veces se da la oportunidad de poder cruzarla "de una" pero a veces aparece algún rezagado o algún desaforado que te hace perder algo de tiempo en el cruzamiento y ya te impide completar la cruzada en un solo intento (igual no es para hacerse problema :P pero es un detalle)
Templanza.
Saludos Cesc.
Conta, quería volver a casa pero que se me junte una montaña de cosas para hacer era otra cosa que no entraba en mis planes... agua y ajo que le dicen.
Sir, me alegra que haya gustado el post. Respondo, quinto piso y la vecina... no quiero quedar como un voltea viejas pero está bastante bien para estar en sus cuarenta y medios (?). Es buena persona igual.
De la 9 de Julio, así, ni más ni menos.
Templanza, Sir, abrazo!
Perfecto, César. Aquí no se ha insinuado nada, caballero.
Saludos!
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